Hoja de ruta con 3 puntos clave para mitigar el cambio climático según Otto Scharmer

Ignacio Gallego Lerma
9 min readFeb 19, 2020

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Otto Scharmer, profesor del MIT y co-fundador del Presencing Institute, tiene una serie de artículos (Global Climate Action I, II y III) que aportan una clarificadora hoja de ruta para mitigar el cambio climático.

Son 3 acciones globales que ya están en marcha y que están catalizando las transformaciones que necesitamos de cara a sobrevivir en el planeta tierra sin socavar los límites planetarios.

3 enfoques que por desgracia aún pasan desapercibidos a la mayoría de personas y también a nuestros propios gobernantes. Con frecuencia tendemos a perdemos por las ramas, en temas secundarios, sin ir a la raíz del problema. Por esto mismo te animo a mirar más adentro, con perspectiva, con mente y corazón abiertos.

Tres puntos ciegos colectivos: suelo, democracia y conciencia (Kelvy Bird)

Para ello empezaré resumiéndote aquí estos 3 puntos clave (puntos ciegos colectivos) que propone Otto Scharmer, y en próximos textos te iré desgranando cada uno de ellos:

Acción 1: Recuperar el poder del suelo

Si nos fijamos en los números, podemos descubrir que el sector primario tiene más impacto que otros sectores tanto en la generación del calentamiento global, como en su mitigación.

Nos estamos refiriendo principalmente a la agricultura, la ganadería, la silvicultura y la pesca. Actividades de nuestro sistema alimentario que han ido evolucionando a lo largo de la historia y que aún necesitan transformarse de actividades explotadoras a actividades regeneradoras.

Desde su foco explotador, solo la agricultura y la ganadería industrial representan entre el 30% y el 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre.

Además todas estas actividades están socavando la mayoría de los 9 límites planetarios: Desde la grave alteración de los ciclos del N y el P con el uso de fertilizantes, la perdida de biodiversidad, la generación de gases de efecto invernadero más potentes que el CO2 como el metano o el óxido nitroso, la disminución del agua dulce disponible, la alteración de habitats y ecosistemas por los cambios en uso del suelo, etc.

Según un informe de 2019 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los métodos convencionales de agricultura industrial contribuyen a degradar el suelo de la tierra más de 100 veces más rápido de lo que puede regenerarse. Degradar el suelo significa tres cosas: el CO2 adicional se libera a la atmósfera. La tierra se vuelve menos resistente a la sequía y a las condiciones climáticas extremas. Y nuestra capacidad de cultivar alimentos para 8 mil millones de personas se ve socavada.

La buena noticia es que ya existen otras formas de generar alimentos de forma respetuosa con el planeta y que además regeneran los suelos. Es decir que no solamente no emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera, sino que además mejoran la capacidad de los suelos para capturar y almacenar CO2.

Si cambias a prácticas agrícolas regenerativas y orgánicas, comienzas a regenerar el suelo en lugar de degradarlo, lo que significa que eliminas CO2 de la atmósfera y lo almacenas en el suelo. También aumenta la resistencia del suelo a condiciones climáticas extremas, y se logra una seguridad alimentaria continua.

Los métodos de cultivo orgánicos regenerativos [incluyendo pastizales y ganadería regenerativa] tienen el potencial de secuestrar alrededor del 100% de las emisiones actuales de CO2 a nivel mundial.

Y lo sorprendente del asunto es que no estamos hablando de nada de esto. Y además seguimos subvencionando esta forma dañina de agricultura industrial con cerca de 1 billón de dólares anuales.

Las soluciones a nuestra crisis climática son conocidas y claras. Una amplia investigación de Project Drawdown encontró que 12 de las 20 mejores formas efectivas de revertir el calentamiento global hoy en día están relacionadas con la transformación de la producción de alimentos, las prácticas agrícolas y el uso de la tierra. Pero, ¿estamos implementando esas soluciones?

Asuntos del suelo — crédito fotográfico: Susanne Trapp

Acción 2: Activar el poder de la democracia directa

Es posible implementar las soluciones de las que hablamos en el punto anterior relacionadas con la producción de alimentos. Y también otras soluciones centradas en las energías renovables como hablaremos en un punto 4 extra.

El primer paso es conocer, tomar conciencia de lo que esta pasando (acción 3). El segundo paso es traspasar la brecha y actuar en base a nuestro potencial futuro.

Y ya es la hora de la acción. Con acciones conscientes, centradas, integradas, distribuidas y regenerativas.

«Provocados por Greta Thunberg, Fridays For Future, Extinction Rebellion (XR) y otros grupos activistas, vivimos en un momento de despertar global y construcción de movimientos»

Estamos despertando a un sistema a través del cual producimos colectivamente resultados que nadie quiere. Si pregunta a las personas si quieren degradar el suelo, contaminar las aguas subterráneas, envenenar a sus hijos y a sí mismos y destruir el sustento de las generaciones futuras, responderán con un “Por supuesto que no”. Nadie quiere eso. Sin embargo, eso es precisamente lo que estamos haciendo a un ritmo masivo y creciente.

Día Mundial de la Acción Climática, 2019

Y como ciudadanos hemos tendido a delegar todas estas acciones claves para nuestro futuro a nuestros responsables políticos. Pero esto no funciona, o al menos al ritmo que necesitamos para resolver esta crisis climática.

Es curioso, pero en muchos casos la población más informada está más concienciada del problema que nuestros tomadores de decisiones políticas. Por tanto:

La democracia directa puede ser un poderoso mecanismo para contrarrestar la influencia de los grupos dominantes de interés especial, como el complejo agroindustrial.

Y para que esta democracia directa funcione, es necesario la concienciación ciudadana, para salir de la niebla y poder ver todo el sistema en su globalidad.

Esto está ya en marcha. Desde varios frentes. Por ejemplo, en varios países están usando asambleas de ciudadanos elegidos al azar para deliberar sobre asuntos de importancia nacional. Con la ayuda de expertos, moderadores y facilitadores profesionales para permitir que la inteligencia colectiva pueda florecer.

Claudine Nierth, quien fue una de las iniciadoras de la primera asamblea de ciudadanos en Alemania, reflexionó sobre su experiencia: “Al principio era un poco escéptica sobre cómo funcionaría. Pero una vez que nos metimos en eso, me conmovió mucho el esfuerzo realizado por casi todos los miembros de la asamblea. Todos sentían una gran responsabilidad. Todos intentaron estar a la altura de la ocasión“

Para que esta democracia dialógica y directa pueda florecer, hay que vencer algunos obstáculos. En primer lugar facilitar la información y el diálogo preciso a nivel social, es decir, canalizar un fecundo (y no contaminado) debate social sobre lo que está pasando. En segundo lugar no permitir que los políticos elegidos democráticamente implementen políticas en contra de la voluntad común. Y en tercer lugar no permitir que los intereses obscuros (el dinero obscuro) nos manipule como ya está pasando en las redes sociales con el capitalismo de vigilancia (con tecnologías basadas en datos).

Esto es más fácil de implementar cuando nos centremos con decisión en la acción 3, como veremos ahora.

Enero de 2020, norte de Alemania: Conferencia de agricultores sobre crear desde la nada

Acción 3: Recuperar el poder personal y colectivo

Tras los puntos anteriores sabemos lo que queremos: Un planeta más acorde con los ciclos de la naturaleza, generando alimentos y recursos de forma saludable y de forma sostenible. Y también vamos descubriendo como queremos que esto se ponga en marcha: tomando como ciudadanos el poder democrático directo de nuestra transformación global.

Esto es más fácil decirlo que hacerlo, por el simple hecho de que aún estamos aprendiendo a hacerlo. Estamos en un proceso de aprendizaje sobre la marcha, descubriendo como despertar nuestra inteligencia colectiva y ponerla en acción.

¿Qué nos puede ayudar a seguir aprendiendo y a activar nuestra poder interno como personas y como colectivos frente al reto del cambio climático?

Poder proactivo o anti-poder reactivo

Antes poder dar alguna respuesta a lo anterior, conviene darnos cuenta que toda actividad humana puede englobarse en dos formas de respuesta a lo que está pasando:

  1. Una respuesta reactiva: retrocediendo como «reacción de congelación de la mente, el corazón y la voluntad, es decir, la ignorancia , el odio y el miedo»
  2. Una respuesta proactiva: avanzando hacia el futuro emergente a través de una apertura de la mente, el corazón y la voluntad, en otras palabras, a través del acceso los estados internos de curiosidad, compasión y coraje»

El gráfico siguiente del Proceso U resume estas dos respuestas y sus resultados destructivos o evolutivos.

Este es el momento para el que nací

Muchos de nosotros sentimos que dentro de nosotros existe potencial para participar con curiosidad, compasión y coraje en este futuro que está en marcha. Y lo que sigue son una propuesta de pasos que podemos dar para hacerlo realidad, desde dentro hacia afuera, para afrontar esta emergencia climática a nivel global:

(1) Todo cambio profundo comienza con una confianza profunda en nuestras propias capacidades para estar a la altura de las circunstancias.

Lo primero que necesitamos es la conciencia y el coraje que nos hace volverse hacia el problema, en lugar de alejarse de él.

(2) Un siguiente paso es el de clarificar nuestros objetivos más profundos, que en este caso podría ser el de lograr una agricultura y unos sistemas de energía a nivel mundial 100% regenerativos para el 2040.

(3) Luego podemos dar el paso de seguir construyendo movimientos sociales, alianzas, y por supuesto ejercer nuestro derecho a una democracia más participativa, directa y distribuida. Las asambleas ciudadanas, como comentábamos antes, son una opción muy recomendable. Seguidas de referéndum ciudadanos sobre las mejores ideas aportadas en las asambleas.

(4) Para ir bajando todo esto a la realidad, necesitamos dar el paso de transformar la economía de ego a eco. Y esto por ejemplo lo estamos ya haciendo cambiando la forma en que nos relacionamos con los productores de alimentos: de una mera transacción económica, pasamos ahora a establecer una relación intencionada y cercana para ayudar al negocio a que este pueda ayudarnos a nosotros.

En lugar de recibir el pago por cada manzana o zanahoria, el agricultor recibe una cantidad fija por semana o por mes de mí (y de los otros miembros). A cambio, recibo una selección de frutas y verduras frescas que se producen utilizando los principios y prácticas de la agricultura ecológica regenerativa.

(5) Un último paso es el de dejar que todo este proceso nos cale, y nos despierte nuestro «propósito más profundo o intención en la vida»

Y para esto es clave crear y utilizar estos lugares de aprendizaje profundo e impacto vertical que «ayuden a las personas a despertar a sus verdaderas aspiraciones, a su mayor potencial futuro» Espacios como pueden ser las granjas orgánicas u otras comunidades físicas similares.

Actualizar el sistema operativo con el que trabaja nuestra sociedad

Todo la anterior debe calar en un cambio de mentalidad. Una evolución de la conciencia de las personas claves y de la sociedad en general.

Para ello es necesario dar pasos decididos más allá de los sistemas operativos (SO) sociales actuales: 1.0 centrado en la autoridad, y 2.0 centrados en la eficiencia y producción. Hacia sistemas operativos 3.0 centrados en el usuario, y sobre todo hasta SO 4.0 centrado en el ecosistema.

La transición a 4.0 depende de dos condiciones habilitadoras. Uno es estructural y requiere infraestructuras económicas y democráticas de colaboración. La segunda es una condición cultural que consiste en construir nuevas capacidades de liderazgo colaborativo que muevan a los grupos de partes interesadas del ego al eco, de un silo a una vista de sistemas.

Matriz de evolución de sistemas: actualización de los sistemas operativos sociales

Todo lo explicado en este artículo está aterrizando fisicamente en escuelas, universidades y laboratorios de código abierto para la transformación.

La curación planetaria y la renovación civilizatoria que hoy es necesaria requiere la activación de campos sociales generativos , es decir, 4.0, como campos co-creativos que involucran a todas las partes.

Nota: Una 4º acción que no hay que olvidar: Activar el sector energético regenerativo

Obviamente, las energías renovables son también clave en estos momentos. «La transición del carbón y los combustibles fósiles a fuentes regenerativas de energía debe ser una piedra angular en cualquier estrategia de transición».

Con ello reducimos la cantidad de GEI (gases de efecto invernadero) que emitimos los seres humanos a la atmósfera. Aunque sin que esto elimine ninguno de estos gases ya existentes en la atmósfera (como si ocurre con la agricultura regenerativa).

Un primer paso, que ya está en marcha, es dejar de subvencionar con 5 billones de dólares la generación de energía basada en combustibles fósiles.

¿Por qué estamos diciendo una cosa en el Acuerdo de París sobre cómo pretendemos resolver el problema, mientras hacemos otra: verter casi 6 billones de dólares al año en la misma infraestructura [energética y agrícola] que en general reproduce y agrava este problema?

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Ignacio Gallego Lerma

Conector y catalizador de cambios. Coordinador del Proyecto InterSer. Ingeniero de Montes, Terapeuta Corporal Integrativo y MBA.